El Grande Oriente Español, una cuestión de moral histórica
La Masonería tiene dos facetas claramente diferenciadas, la primera como Orden e Institución iniciática, filosófica y progresista, y la segunda, como el conjunto de hombres libres, que amparados en la libertad de conciencia, comparten los vínculos primordiales que encontramos en la primera faceta.
La Masonería como Orden e Institución, no puede tener por pura definición, una opinión sobre los hechos temporales sean cuales fueren. Sin embargo, el Masón como hombre libre y sujeto de la acción masónica, no puede abstraerse de la realidad particular que le es propia e inherente, según el contexto en el que es ubicado y de la realidad inmediata de la que forma parte.
Queda por tanto establecida, y de manera diáfana, lo que es la Masonería y lo que son los hechos que masones a título particular, pueden desarrollar tanto en el marco obediencial, como en el mundo profano, y que de ninguna manera invalida o compromete, la primera y esencial faceta de la Masonería como Orden e Institución.
¿Por qué hacemos esta distinción?, para dejar de una manera meridianamente clara, que en este artículo, no se trata de establecer una revisión sobre las bases de la Masonería, sino que trata de analizar, hechos y sucesos concretos, que algunos hermanos con una más dudosa legitimidad histórica, han procurado y procuran, llevar a cabo en nuestra actualidad.
Una de las batallas de los últimos años en masonería, es la proliferación de diversas obediencias, que tratan de constituirse en herederos legítimos de la Masonería existente en los tiempos anteriores a la dictadura. Obediencias tales como el GOEU, GOE … e incluso logias, como la Constante Alona, de Alicante, que en sus escritos internos y externos, a los medios de comunicación, en sus paginas de Internet etc… , sin ningún rubor se arrogan la historia que jamás han vivido de manera colectiva.
A nivel científico, solo se le reconoce a un órgano masónico en la actualidad y en territorio nacional, esa pretendida legitimidad histórica, de provenir de tiempos anteriores a la guerra civil española. Nos referimos al Supremo Consejo del Grado 33 y último para España del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que no solo cuenta con pruebas documentales propias, sino que existen elementos objetivos indiscutibles en el ámbito científico que así lo prueban. Y aún así, tan solo queda demostrado, que son legítimos herederos de los hechos históricos que tienen como sujeto a ese órgano, y no algún otro, y que en la época a la que nos referimos, no era ni tan siquiera el único.
Pero debemos analizar antes la cuestión de la legitimidad histórica.
La masonería actual española, puede declararse en su conjunto, heredera “moral” de aquella masonería, y esto es indiscutible. Todos los masones sin excepción representan hoy día, los mismos valores y la misma pluralidad que existía antes de la guerra y la dictadura franquista. Pero bajo ningún concepto, a nivel científico, se puede extrapolar una autoridad moral con una legitimidad histórica, por el simple hecho de haber poseído un miembro entre sus filas, por tener un documento que no pasaría el más mínimo análisis de expertización científica, o por poseer un mandil, donado por una familia a una logia de algún ilustre masón. Simplemente no es serio, no es riguroso, y establece una suerte de circo de enanos, que algún día estallará en las manos de quién manipula la memoria histórica colectiva sin ruborizarse. La historia, no es patrimonio de un nombre, de unas siglas, o de una organización. La historia es de la humanidad.
Caso particular y ejemplo de ello, es el pretendido Grande Oriente Español, que pulula por algunos sitios y obediencias masónicas, y que son más, productos de la confusión existente en los inicios de la joven democracia española, que de una verdadera legitimidad histórica, habida cuenta de las pruebas, y de los hechos que conforman la triste historia masónica en España. Y decimos caso particular, porque aún no siendo el único en cuanto a obediencias o logias se refiere, si es el mas llamativo, el que más confusión produce, y quizás el más ridículo de todos los intentos, y que aún no han quedado claro, el verdadero interés de su promotor, en tan kafkiana situación, para el conjunto de la masonería española.
El Grande Oriente Español jamás persiguió en tiempos pretéritos, una legitimidad regular proveniente de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Esto es un hecho científicamente irrefutable, y avalado no solo por toda la documentación extensísima que se conserva, tanto a nivel público como en archivos privados, sino también, por la mas reciente historiografía que realizan el CEHME con el profesor Benemelli a la cabeza, así como, los extensísimos y diferentes trabajos, de profesores de diferentes universidades como la de Vigo, Carlos III, la UNED, la Laguna, Zaragoza, Valencia, Málaga, Complutense, Instituto Cervantes…
No existe ni una sola investigación, que vincule a esta pretendida obediencia masónica, con el G.O.E. histórico, y no existe ni un solo documento que se pueda mostrar, al que se le sume la opinión de algún historiador de la comunidad científica, o alguna prueba carácter irrefutable, que certifique esta vinculación. Y recordemos que la legitimidad histórica, no solo no puede provenir de un registro oportunista de unas siglas, que alguien con muy pocos escrúpulos a la memoria histórica y a la verdad objetiva, ha realizado.
Algún hermano fallecido recientemente y algún otro que aún vive, que han pertenecido al G.O.E. histórico, han calificado este hecho, de ilegal y traición. Ilegal al amparo de las normas masónicas que especifican de una manera clara como se ha de producir esa transmisión y también ilegal en el ámbito profano, ya que no soportaría un procedimiento contencioso-administrativo en cuanto al registro, el registrador, y la verdad histórica. Traición, ya que no responde ni mucho menos, a la verdadera filosofía que el G.O.E. histórico encarnó.
En cuanto a lo iniciático, existen pruebas, de que ese pretendido G.O.E actual ha iniciado al menos a una mujer en su seno. La calidad de un masón, viene determinada por dos aspectos fundamentales. La regularidad de una logia constituida, es decir, compuesta por al menos 3 maestros masones, 2 compañeros y 2 aprendices, así como, la validez de la iniciación, que debería ser llevada a cabo por una logia regularmente constituida, y con la presencia de al menos 7 maestros masones, para que pueda tener validez. Esto es universalmente aceptado en el conjunto de la masonería sin distinción alguna de su naturaleza.
Si el registrador de unas siglas, como él mismo dice en la pagina de Internet de ese pretendido GOE, declara esa obediencia reconocida e integrada en otra, que sí goza del reconocimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra, ¿significaría ello que la iniciación de esa presunta hermana, es reconocida por la obediencia en la que actualmente el pretendido G.O.E. dice estar integrado?. Algunos sostenemos serias dudas, de que tan siquiera fuera iniciada con el más mínimo rigor masónico anteriormente mencionado, pero que el pretendido Gran Maestro ad Vitaem reconoce como hermana, y le otorga la responsabilidad de administrar a unas listas de correo en Internet dependientes de él mismo, es una realidad.
En todo caso, supone un serio aprieto para la obediencia de la que ese pretendido GOE, dice formar parte en la actualidad, ya que si reconoce al pretendido GOE, debe reconocer a sus iniciados, o si únicamente reconoce el registro de las siglas, no puede bajo ningún concepto apropiarse de la historia anterior a la democracia del verdadero GOE.
Es por ello que cuanto antes, las autoridades masónicas correspondientes, debieran clarificar estos hechos de forma clara, transparente y científica. Las únicas vías posibles son, expertización de todos los documentos aportados por el pretendido gran maestro ad vitaem, y un dictamen jurídico e histórico que no deje lugar a dudas, sobre dicha legitimidad. Lo contrario es un fraude no solo masónico, sino también legal.
Allende (Nombre Simbólico) Maestro Masón
durmientes@gmail.com
La Masonería como Orden e Institución, no puede tener por pura definición, una opinión sobre los hechos temporales sean cuales fueren. Sin embargo, el Masón como hombre libre y sujeto de la acción masónica, no puede abstraerse de la realidad particular que le es propia e inherente, según el contexto en el que es ubicado y de la realidad inmediata de la que forma parte.
Queda por tanto establecida, y de manera diáfana, lo que es la Masonería y lo que son los hechos que masones a título particular, pueden desarrollar tanto en el marco obediencial, como en el mundo profano, y que de ninguna manera invalida o compromete, la primera y esencial faceta de la Masonería como Orden e Institución.
¿Por qué hacemos esta distinción?, para dejar de una manera meridianamente clara, que en este artículo, no se trata de establecer una revisión sobre las bases de la Masonería, sino que trata de analizar, hechos y sucesos concretos, que algunos hermanos con una más dudosa legitimidad histórica, han procurado y procuran, llevar a cabo en nuestra actualidad.
Una de las batallas de los últimos años en masonería, es la proliferación de diversas obediencias, que tratan de constituirse en herederos legítimos de la Masonería existente en los tiempos anteriores a la dictadura. Obediencias tales como el GOEU, GOE … e incluso logias, como la Constante Alona, de Alicante, que en sus escritos internos y externos, a los medios de comunicación, en sus paginas de Internet etc… , sin ningún rubor se arrogan la historia que jamás han vivido de manera colectiva.
A nivel científico, solo se le reconoce a un órgano masónico en la actualidad y en territorio nacional, esa pretendida legitimidad histórica, de provenir de tiempos anteriores a la guerra civil española. Nos referimos al Supremo Consejo del Grado 33 y último para España del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que no solo cuenta con pruebas documentales propias, sino que existen elementos objetivos indiscutibles en el ámbito científico que así lo prueban. Y aún así, tan solo queda demostrado, que son legítimos herederos de los hechos históricos que tienen como sujeto a ese órgano, y no algún otro, y que en la época a la que nos referimos, no era ni tan siquiera el único.
Pero debemos analizar antes la cuestión de la legitimidad histórica.
La masonería actual española, puede declararse en su conjunto, heredera “moral” de aquella masonería, y esto es indiscutible. Todos los masones sin excepción representan hoy día, los mismos valores y la misma pluralidad que existía antes de la guerra y la dictadura franquista. Pero bajo ningún concepto, a nivel científico, se puede extrapolar una autoridad moral con una legitimidad histórica, por el simple hecho de haber poseído un miembro entre sus filas, por tener un documento que no pasaría el más mínimo análisis de expertización científica, o por poseer un mandil, donado por una familia a una logia de algún ilustre masón. Simplemente no es serio, no es riguroso, y establece una suerte de circo de enanos, que algún día estallará en las manos de quién manipula la memoria histórica colectiva sin ruborizarse. La historia, no es patrimonio de un nombre, de unas siglas, o de una organización. La historia es de la humanidad.
Caso particular y ejemplo de ello, es el pretendido Grande Oriente Español, que pulula por algunos sitios y obediencias masónicas, y que son más, productos de la confusión existente en los inicios de la joven democracia española, que de una verdadera legitimidad histórica, habida cuenta de las pruebas, y de los hechos que conforman la triste historia masónica en España. Y decimos caso particular, porque aún no siendo el único en cuanto a obediencias o logias se refiere, si es el mas llamativo, el que más confusión produce, y quizás el más ridículo de todos los intentos, y que aún no han quedado claro, el verdadero interés de su promotor, en tan kafkiana situación, para el conjunto de la masonería española.
El Grande Oriente Español jamás persiguió en tiempos pretéritos, una legitimidad regular proveniente de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Esto es un hecho científicamente irrefutable, y avalado no solo por toda la documentación extensísima que se conserva, tanto a nivel público como en archivos privados, sino también, por la mas reciente historiografía que realizan el CEHME con el profesor Benemelli a la cabeza, así como, los extensísimos y diferentes trabajos, de profesores de diferentes universidades como la de Vigo, Carlos III, la UNED, la Laguna, Zaragoza, Valencia, Málaga, Complutense, Instituto Cervantes…
No existe ni una sola investigación, que vincule a esta pretendida obediencia masónica, con el G.O.E. histórico, y no existe ni un solo documento que se pueda mostrar, al que se le sume la opinión de algún historiador de la comunidad científica, o alguna prueba carácter irrefutable, que certifique esta vinculación. Y recordemos que la legitimidad histórica, no solo no puede provenir de un registro oportunista de unas siglas, que alguien con muy pocos escrúpulos a la memoria histórica y a la verdad objetiva, ha realizado.
Algún hermano fallecido recientemente y algún otro que aún vive, que han pertenecido al G.O.E. histórico, han calificado este hecho, de ilegal y traición. Ilegal al amparo de las normas masónicas que especifican de una manera clara como se ha de producir esa transmisión y también ilegal en el ámbito profano, ya que no soportaría un procedimiento contencioso-administrativo en cuanto al registro, el registrador, y la verdad histórica. Traición, ya que no responde ni mucho menos, a la verdadera filosofía que el G.O.E. histórico encarnó.
En cuanto a lo iniciático, existen pruebas, de que ese pretendido G.O.E actual ha iniciado al menos a una mujer en su seno. La calidad de un masón, viene determinada por dos aspectos fundamentales. La regularidad de una logia constituida, es decir, compuesta por al menos 3 maestros masones, 2 compañeros y 2 aprendices, así como, la validez de la iniciación, que debería ser llevada a cabo por una logia regularmente constituida, y con la presencia de al menos 7 maestros masones, para que pueda tener validez. Esto es universalmente aceptado en el conjunto de la masonería sin distinción alguna de su naturaleza.
Si el registrador de unas siglas, como él mismo dice en la pagina de Internet de ese pretendido GOE, declara esa obediencia reconocida e integrada en otra, que sí goza del reconocimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra, ¿significaría ello que la iniciación de esa presunta hermana, es reconocida por la obediencia en la que actualmente el pretendido G.O.E. dice estar integrado?. Algunos sostenemos serias dudas, de que tan siquiera fuera iniciada con el más mínimo rigor masónico anteriormente mencionado, pero que el pretendido Gran Maestro ad Vitaem reconoce como hermana, y le otorga la responsabilidad de administrar a unas listas de correo en Internet dependientes de él mismo, es una realidad.
En todo caso, supone un serio aprieto para la obediencia de la que ese pretendido GOE, dice formar parte en la actualidad, ya que si reconoce al pretendido GOE, debe reconocer a sus iniciados, o si únicamente reconoce el registro de las siglas, no puede bajo ningún concepto apropiarse de la historia anterior a la democracia del verdadero GOE.
Es por ello que cuanto antes, las autoridades masónicas correspondientes, debieran clarificar estos hechos de forma clara, transparente y científica. Las únicas vías posibles son, expertización de todos los documentos aportados por el pretendido gran maestro ad vitaem, y un dictamen jurídico e histórico que no deje lugar a dudas, sobre dicha legitimidad. Lo contrario es un fraude no solo masónico, sino también legal.
Allende (Nombre Simbólico) Maestro Masón
durmientes@gmail.com
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